Este proyecto partió de una premisa personal e introspectiva: elegir una pesadilla vivida y representarla gráficamente a través de tres ilustraciones. El método de ilustración era libre, lo que permitió una experimentación creativa en múltiples formatos. Para este trabajo, opté por un enfoque híbrido que combinó el collage, el dibujo manual y el retoque digital.
El proceso comenzó con la creación de collages a partir de recortes de revistas, los cuales sirvieron como base conceptual. Posteriormente, tracé en papel albanene las partes esenciales de cada composición para después digitalizar y refinar los trazos. Finalmente, el color fue aplicado de manera digital, cuidando que la paleta seleccionada reflejara la atmósfera inquietante del mundo onírico sin perder armonía visual.
El resultado fue una serie de ilustraciones potentes y abstractas, que lograron capturar la esencia emocional de la pesadilla. La combinación de técnica y contenido permitió explorar el miedo desde una estética cuidada, generando imágenes que comunican con fuerza desde lo simbólico y lo sensorial.