Tomando como referencia el logo de la marca de cigarros "Marlboro", usando su forma, reinterprete e hice le resto de las letras en minúsculas, mayúsculas y números, su nombre siendo una referencia a lo que hace el producto de la marca, humo.
Escogí el logo de Marlboro porque me gusta que de cierta manera se ve elegante, lo exageradamente alto que van su M, l y b se me hizo interesante de explorar, con el pequeño chascarrillo de que no me gusta fumar, así que desde un principio sabía que quería darle un nuevo uso a algo que se relaciona con algo que no hago.
Lo primero que hice fue trazar a mano el logo original para tomar las medidas de las líneas y los círculos, con el fin de construir las letras en minúsculas: a, b, h, l y o. Una vez modificadas, las pasé a digital y comencé a diseñar el resto del abecedario en minúsculas. Al tenerlas listas y reconocer qué letras subían o bajaban, utilicé esas mismas medidas como base para desarrollar las mayúsculas.
Toda esta experiencia de analizar una tipografía de una marca y desarmarla, analizarla y volverla a trazar para darle una nueva imagen y por ende un nuevo uso, me ayudó a comprender mejor él proceso de lo manual a lo digital y la importancia de su relación, además de que fue muy divertido el formar las letras como si fueran un rompecabezas.



Tomando como referencia el logo de la marca de cigarros "Marlboro", usando su forma, reinterprete e hice le resto de las letras en minúsculas, mayúsculas y números, su nombre siendo una referencia a lo que hace el producto de la marca, humo.
Escogí el logo de Marlboro porque me gusta que de cierta manera se ve elegante, lo exageradamente alto que van su M, l y b se me hizo interesante de explorar, con el pequeño chascarrillo de que no me gusta fumar, así que desde un principio sabía que quería darle un nuevo uso a algo que se relaciona con algo que no hago.
Lo primero que hice fue trazar a mano el logo original para tomar las medidas de las líneas y los círculos, con el fin de construir las letras en minúsculas: a, b, h, l y o. Una vez modificadas, las pasé a digital y comencé a diseñar el resto del abecedario en minúsculas. Al tenerlas listas y reconocer qué letras subían o bajaban, utilicé esas mismas medidas como base para desarrollar las mayúsculas.
Toda esta experiencia de analizar una tipografía de una marca y desarmarla, analizarla y volverla a trazar para darle una nueva imagen y por ende un nuevo uso, me ayudó a comprender mejor él proceso de lo manual a lo digital y la importancia de su relación, además de que fue muy divertido el formar las letras como si fueran un rompecabezas.


